viernes, 29 de abril de 2011

Salud y mujer

El pasado 25 de abril asistimos en clase a una exposición de grupo sobre Salud y mujer donde se hizo un extenso repaso de diversas problemáticas y se habló, entre otras muchas cosas, de la doble presencia y lo que se ha venido denominando “techo de cristal”. ¿Cuál es vuestra opinión personal? ¿Hemos avanzado mucho en estos temas en los últimos años en nuestro país o no tanto? ¿Dónde estamos y qué queda por hacer?

Un recurso de interés sobre “Salud y mujer”: El Observatorio de Salud y Mujer

30 comentarios:

Núria Jané Presas dijo...

Creo que hemos avanzado, que estamos avanzando aunque todavía nos queda mucho. Creo que la gente, sobretodo los jóvenes tienen más consciencia de que se tiene que evolucionar para llegar a una igualdad real; que se están llevando a cabo iniciativas muy interesantes de sensibilización y, otras de más concretas des de la Adminstración.
También creo que hay posiciones o tendencias que no van a buen puerto, como por ejemplo posiciones feministas radicales que culpabilizan al hombre e intentan mejorar la situación de la mujer imitando patrones masculinos. La solución no creo que sea pasar de un patriarcado a un matriarcado. NO cre que deban de haber luchas de las mujeres por una parte y de los hombres por otra, debemos luchar y avanzar juntos!

Mi opinión al respeto es que se debe educar des de la diferencia, entendiendo la diferencia como una cosa muy positiva. Todos somos personas pero con diferentes características, entre ellas el género, que te da unas predisposiciones para unas cosas u otras, sin dar connotaciones negativas a ninguna. Debemos fomentar la coeducación, potenciando la libertad para que cada uno se desarrolle sin estar tan condicionado por el género. Romper estereotipos. Luchar por que las criaturas puedan jugar a lo que quieran, vestir como quieran, estudiar lo que quieran, relacionarse como y con quién quieran...Y promover relaciones de pareja sanas, que las relaciones son cosa de dos en todos los sentidos, fomentar la corresponsablidad y no la ayuda a la pareja.

Ángela Ortega dijo...

Hola a todos, con respecto a mi opinión sobre la mujer y en concreto a sus características que afectan a su salud, pienso que la mujer, por el mero hecho de serlo, se encuentra en una situación de desventaja social con respecto al hombre. Esta desventaja social, acompañada de la discriminación femenina (como por ejemplo las desigualdades en el ámbito laboral o en el ámbito doméstico) son los factores que ponen en riesgo a la salud de las mismas. Ejemplo de ello se encuentra en que las mujeres padecen, con más probabilidad, trastornos de ansiedad que los hombres.
No obstante, los cambios socioculturales, educativos y políticos, que se desarrollan en nuestra realidad social están generando nuevos comportamientos en la sociedad que facilitan el progreso y un avance social en la mujer. Esto es así, gracias al empoderamiento dirigido a las mujeres en cuanto a su participación social y accesibilidad en la esfera pública que, mediante el acceso universal a la educación y al mercado laboral han favorecido un acercamiento a la igualdad de oportunidades.
Aún nos queda mucho camino por recorrer pues, aunque hayamos obtenido un gran avance con dichas inserciones, estos nuevos cambios también han dado lugar nuevas formas de desigualdades y necesidades sociales. Esto se justifica con la práctica de las políticas de discriminación positiva para dinamizar la “empleabilidad” femenina.
Confío en que algún día conseguiremos una sociedad más igualitaria entre todos (sin distinción por sexo, etnia o por diversidad funcional), donde, como dice mi compañera Nuria al hablar de la educación desde la diferencia, la heterogeneidad esté presente como un elemento que enriquezca a una sociedad cada vez más diversificada y con mayor bienestar social.

Ro Garrido Franco dijo...

Pienso que la desigualdad entre hombres y mujers sigue estando muy presente actualmente y que uno de los ámbitos donde más presente se hace es el mundo laboral. En el empleo, las mujeres soportan el denominado "techo de cristal" donde hay una presencia nula de mujeres en puestos directivos y superiores. Además, a causa de la tradición cultural de estar la mujer renegada al hogar y el cuidado de los hijos (a la reproducción), su acceso al trabajo se encuentra bajo unas condiciones diferentes a los del hombre.

Aunque es cierto que están cambiando lentamente las relaciones de desigualdad entre mujeres y hombres en el mercado laboral aparecen otras formas de desigualdad como son: las tasas de participación, diferencias salariales, diferencias de cualifiación, etc.

Por otro lado, las mujees, hay casos en los que sufrene el mobbing o acoso laboral, debido a su condición de mujer y tener una etapa de la vida en la que se quiere tener un hijo y esto supone o bien la pérdida del trabajo o ser sustuida de su cargo de trabajo a otro de responsabilidad inferior y con una cualifiación menor. Todo ello lo considero desigualdad de género, la cual está presente por la sociedad patriarcal y los valores machistas que se difunden por la educación, por ello, considero que la educación es el medio para crear cambios, hay que inculcar unos valores de igualdad y de considerar a ambos sexos por igual, con las mismas condiciones y derechos como bien establece la Constitución Española.

Creo que los medios de comunicación también influyen mucho en esta sociedad con grandes desigualdade de género, por tanto, podría emplearse de forma beneficiosa, y por medio de series y programas fomentar otros valores de respeto, igualdad y colaboración colectiva para crear cambios favorables para las mujeres y para la vida de todos.

Rosa Ana González dijo...

Es cierto y no podemos eludirlo que la mujer ha mejorado notablemente su situación social en lo que siglos atrás respecta. Pero no es menos cierto que aún queda mucho camino por recorrer. Lo que más llama la atención actualmente es el desempleo pero curiosamente, alarma más el desempleo masculino que el femenino, ¿por qué? ¿aún no está arraigado en la sociedad el hecho de la plena incorporación de la mujer en el mercado laboral?. El famoso techo de cristal es uno de los principales obstáculos de la mujer pero no el único ¿dónde quedan las políticas conciliadoras?. Con lo que a temas de Salud se refiere, es curioso cómo los principales métodos anticonceptivos y los más numerosos están destinados a la mujer ¿los hombres no son también portadores de enfermedades de transmisión sexual?, ¿el único peligro es que la mujer quede embarazada? Gracias a que hay políticas activas hacia la mujer, las situaciones mejoran, pero como futuros profesionales, aún nos queda mucho trabajo por delante. Ánimo y unamos nuestras fuerzas

Jill Hoyos dijo...

Se ha hablado mucho sobre la doble presencia y el techo de cristal, pero sigue siendo parte de la cultura machista que impera en nuestra sociedad actualmente, incluso reforzada por muchas mujeres.
Recuerdo que se comentó en clase la irónica idea que, si trabajas y tienes hijos, eres una mala madre por abandonarlos, pero si decides dedicar tu tiempo para cuidar de ellos, las críticas más duras dirán que eres una "holgazana" y bien podrías trabajar.
Lo irónico radica que son los discursos de "otras mujeres", es decir, cómo vamos a cambiar esta realidad si es el mismo colectivo quien atenta contra sí mismo.
El techo de cristal es otra idea reforzada por las mujeres, quienes muchas veces no aceptan los cargos porque creen que no estarán a la altura, puesto que para ellas lo más importante es "la familia", por otro lado, las esposas son las que apoyan a sus maridos a conseguir estos puestos, porque "él se lo merece" y puede hacerlo, lo cual es un evento que las esposas se enorgullecen, pero si es al contrario, el hombre se siente menospreciado porque su esposa es más exitosa que él.
Son dilemas que tenemos que solventar personal e individualmente, para que la sociedad pueda cambiar y se permita un avance en los valores, la moralidad y la ética social.
Debemos sopesar que es más importante y que tiene más valor para nosotras las mujeres y el aporte que podemos hacer para con la sociedad: conservación de la especie (por la baja natalidad) o demostrar que somos tan valiosas como ellos (y postergar la maternidad o reducirla a un hijo).
Siempre pueden ser ambas opciones, ¿Pero de quié depende? de nosotras, de los maridos, de la sociedad, del gobierno, de las políticas sociales,...

Cristina Maqueda Aguilera dijo...

Pienso que hemos avanzado mucho, pero ello no significa que no debamos seguir con ello.

A pesar de los avances producidos en cuanto a la igualdad de género, ésta aún no es real.

Existen muchas medidas en política de igualdad, pero debemos recordar que dichas medidas son temporales, es decir, que desaparecerán cuando la desigualdad desaparezca.

A lo largo de la historia la mujer siempre ha estado subordinada al hombre, por lo que ahora debemos luchar por el empoderamiento de la mujer. Éste no consistiría en una mera lucha feminista extrema, sino que se trataría de que las mujeres recuperásemos lo que hemos perdido a lo largo de toda la historia.

En cuanto al techo de cristal, creo que es un fenómeno que debe atajarse, ya que coarta las posibilidades de las mujeres para desarrollarse á nivel profesional y laboral. Debemos dejar que las mujeres sean quienes decidan qué hacer con su vida, con su familia y con su trabajo.

Sin embargo, dado que actualmente se encuentra en una situación de desigualdad con respecto al hombre, debemos trabajar para establecer medidas que eviten la discriminación que éstas sufren.

En definitiva, llevamos un largo camino recorrido, aunque aún puede resultar más largo el que nos queda. Para ello, debemos tener como prioridad conseguir la igualdad y hacerlo a través de un principio de igualdad.

Esperanza Jiménez García dijo...

La mujer durante la historia no ha tenido las mismas oportunidades que el sexo opuesto en el mercado laboral, esto ha desembocado en el techo de cristal como problema actual. Se llevan a cabo políticas de igualdad para que se puedan alcanzar las mismas oportunidades, estas medidas, son fundamentales para lograr el objetivo de eliminar la desigualdad entre hombres y mujeres, aunque la crisis económica está afectando a estas iniciativas. Podemos decir que es necesaria la incorporación del educador social en el ámbito laboral, para que desde su figura se impulse la participación de la población en una sociedad más igualitaria y libre.

Es necesario terminar con la discriminación de la mujer, la cual se debe a la división social del trabajo y por el hecho de que el acceso al mercado laboral lo componen tanto los hombres como la mujeres, es necesario establecer estrategias distintas para la incorporación de ambos, pero siempre teniendo en cuenta el objetivo principal, conseguir la igualdad.

Espero, que llegue el momento en el que no serán necesarios los días que reclamen la existencia de la mujer como una persona válida y capaz, o leyes que busquen el empoderamiento de ésta, sino que la sociedad por si misma asimile que somos personas con las mismas capacidades y que no necesitemos de la publicidad o de otro tipo de instrumentos para hacernos ver, pues también formamos la sociedad y si los hombre nos necesitan estas herramientas, nosotras tampoco, deberíamos luchar para hacernos un hueco de una vez por todas y dejarlas de lado.

Jessica Ruiz Aranda dijo...

Lo cierto es que disfruté mucho durante esta clase porque hablar hoy día de la "mujer" incita mucho al debate, y se propiciaron debates en clase bastante interesantes...

Me parece que si tenemos que discutir sobre si se ha avanzado mucho estos últimos años en el tema de la mujer y, especialmente en el tema de la igualdad (que atañe a esta de una manera bastante fuerte), debo reconocer que creo que sí que hemos avanzado considerablemente. Es cierto que aún nos queda mucho por hacer, y es cierto que puede que teniendo en cuento lo "modernos" que nos hemos vuelto de pocos años para acá, en el tema de la mujer no ha habido tantos avances... Sin embargo, me gusta quedarme con lo positivo de las cosas, y me gusta pensar que la situación de la mujer en la sociedad ha cambiado favorablemente. Nos queda mucho por luchar (y me incluyo como mujer y como persona perteneciente a una sociedad y cultura determinada), y creo que nos falta una chispa de coraje y de fuerza para ponernos manos a la obra. El arma escogida para empezar a cambiar la tengo muy clara, y no la pongo a debate: la educación. El poder de esta es tan fuerte que es capaz de cambiar cualquier cosa. Es obvio que estudiando lo que estudio, la educación se vuelva para mí un arma de un poder incalculable... y realmente así lo siento.

Las mujeres a lo largo de la historia hemos demostrado poder transformar y mejorar muchos aspectos de nuestra propia vida, de nuestra situación... y realmente creo que aún nos queda mucho por demostrar.

Jéssica Ocaña Simón dijo...

En relación a la cuestión de género es muy importante las políticas públicas que se lleven a cabo desde el gobierno.

En este sentido, es importante hablar del Mainstreaming que se trata de una “forma de gestionar las políticas públicas, programas y actuaciones, orientada al logro de la igualdad efectiva de mujeres y hombres, que considera en todo momento la situación y relaciones desiguales de mujeres y hombres, sus distintos intereses y necesidades y el impacto que esa política puede generar en esa situación desigual”.

Se trataría pues de hacer política pública integrando el objetivo de alcanzar la igualdad efectiva de mujeres y hombres en los procesos de planificación, ejecución y evaluación, reconociendo que las desigualdades de género existen y asumiendo el problema como un problema público, que son responsabilidad de todas las administraciones públicas.

Siguiendo esta lógica, estamos ante un término que hace referencia a la transversalidad de la perspectiva de género y que constituye una estrategia necesaria sobre la que desarrollar cualquier plan, programa o proyecto cuyo colectivo sea acabar con las barreras estructurales que impiden una mejor distribución de los papeles de hombres y mujeres.

SaRa Frías Andrades dijo...

Es mucho el camino que hemos recorrido para intentar conseguir la igualdad, pero aún nos queda mucho camino por recorrer, ya que debemos conseguir una igualdad que aún no se ha conseguido. Son muchas las igualdades que existen entre hombres y mujeres. Por ejemplo en el ámbito laboral, las mujeres siguen sin tener las mismas oportunidades que los hombres. También los medios de comunicación influyen en esos comportamientos machistas que existen, puesto que dan una imagen de la mujer inferior a la del hombre.
Creo que se debe trabajar desde la infancia, cambiando los patrones, ya que vivimos en una sociedad machista y patriarcal, es con eso con lo que se debe acabar, para que así podamos tener un pensamiento en los que todos seamos iguales. Creo que es un problema de todos, social, pero también pienso que es algo individual y en el que todos tenemos que tomar conciencia de lo que ocurre a nuestro alrededor.

Ana Beatriz García Cabello dijo...

Hola, fue una exposición interesante que conto con la colaboración de los oyentes a través del juego de tarjetas rojas y verdes.

En relación al tema de mujer, me parece un tema muy delicado que incita a debates, como se pudo observar en la clase. En cuanto a mi opinión decir que la mujer ha recorrido un gran y duro camino para encontrarse en el mismo nivel de igualdad que el hombre, como hemos estudiado en otras asignaturas y se dijo en clase la mujer ha ocupado la esfera privada, su fin era la reproducción, mientras que el honbre tenia que producir y su cometido se encontraba en la esfera pública, teoricamente esto ha cambiado para el bien de la mujer, sin embargo en la práctica ¿Realmente hay igualdad en ambos sexo? personalmente y bajo mi poca experiencia decir que no me he sentido en situación de desigualdad en relación al hombre, la educación que he recibido por parte de mi familia ha sido igual que la educación de mi hermano, se ha fomentado la igualdad, siempre respetando las características personales (que no las relacionadas con las del sexo y género) asi como las potencialidades de cada uno.
Por otro lado y para termianar decir que el "Techo de Cristal" es un fenomeno que ya había estudiado pero me parece interesante cómo existe una capa invisible que no permite a las mujeres subir a cargos superiores. La mujer que no deciden tener hijos no deja de ser mujer, sin embargo, la sociedad sigue calificando de forma negativa aquellas mujeres que prefieren dedicarse al éxito laboral que a la creación de una familia. Es necesario educar a la sociedad y mostrar que hay diferentes formas de vidas distintas a la de la familia tradicional, cada persona tiene derecho a dibujar su camino en esta vida y por ello no puede ser juzgada.
Finalmente decir que afortunadamente no he sentido rechazo por ser mujer pero si que luchare por las igualdad entre las personas independientemente del sexo, origen, edad, orientación sexual... porque realmente lo que importa es la persona en sí.

Un saludo, Ana B.

Beatriz Tapia dijo...

Parece ser que todos estamos de acuerdo en que sí, sí hemos avanzado, la mujer occidental no se encuentra en la posición de sumisión en la que se encontraba hace no muchos años, pero el camino es largo y aún no ha llegado a su destino final.

Realmente la conciencia de la mujer cada vez está más lejos de continuar con las creencias que las subeditaban a un hombre, meramente como agentes de reproducción pero no de producción.

Teniendo claro la evidente y positiva evolución de las mujeres en Occidente (en muchos países menos desarrollados la mujer continua invisibilizada), cabría mencionar una afirmación dicha por David Cobos el día de esta exposición.
Es cierto que la mujer ha dado pasos adelante, y que algunas leyes actuales discriminan positivamente a la mujer a pesar de que queramos la igualdad entre ambos sexos, pero es que ni con esa discriminación positiva la mujer consigue posicionarse paralelamente al hombre, siempre obstaculizada por un techo de cristal que la impide ascender a puestos laborales de renombre, popularmente realizados por hombres.

Sí, el camino es largo, pero ya lo dijo Antonio Machado:
"Caminante no hay camino, se hace camino al andar".

Beatriz Tapia Concha
4º Conjunta Trabajo Social y Educación Social

Sandra Calero Blanco dijo...

He de comenzar diciendo que me parece muy interesante e importante la temática de salud y mujer. En la presente exposición se trabajaron diferentes conceptos y realidades que no dejan de sorprendernos, al menos a mí.

Al hablar de salud y mujer, podemos hacer mención a varias cuestiones, y una de ellas tendría que ver con las cargas y responsabilidades de ésta en comparación con el hombre. En la actualidad, muchos son los hombres que participan en la vida familiar y en las tareas propias del hogar, bien por iniciativa propia o porque no les queda más remedio. Pero también es verdad que siguen siendo muchos los casos en los que el hombre se limita a trabajar fuera de casa y no dentro de ella, dejando a su mujer esta responsabilidad. En estos últimos casos, la mujer soporta una carga y responsabilidad que en muchas ocasiones acaba generándole diferentes enfermedades (estrés, depresión, enfado, cansancio...). Además de estas realidades, también podríamos mencionar otras situaciones, pues dentro de cada familia y hogar se hallan presentes unas determinadas normas, formas de pensar y actuar. Tan solo he citado dos ejemplos, pero existen muchos otros, pues solo basta con mencionar a esas mujeres que no cuentan con el apoyo de nadie o al menos con el apoyo suficiente para poder compaginar diferentes cargas y responsabilidades, ni siquiera el de su pareja o marido.

Además de esto, me gustaría añadir que si comparamos la actual situación de la mujer con la que rodeaba a las mujeres de hace dos siglos por ejemplo, no podemos negar que la situación de ésta ha mejorado y se ha visto favorecida. Sin embargo, sigue existiendo desigualdad entre ambos géneros y aun queda mucho por hacer. La mujer ha ido adquiriendo con el paso del tiempo ciertos derechos y cierto protagonismo, pero no podemos engañarnos ni quedarnos ahí. Si hacemos mención al ámbito laboral, y por poner un ejemplo de entre otros muchos, debemos darnos cuenta que las mujeres siguen sufriendo cierta discriminación y trato no igualitario en muchos puestos de trabajo y en comparación con el hombre. ¿Quién tiene la culpa de esto? Está claro que la mujer no, pues la que padece una situación de desigualdad y discriminación.

Como bien he dicho a inicios de la presente entrada, al hablar de salud y mujer podemos recurrir a diferentes cuestiones, situaciones y problemáticas. No tendríamos el suficiente espacio para describir y analizar la temática de violencia de género, desigualdad en el ámbito laboral, familiar, etc., pues son muchas las circunstancias que habría que analizar y debatir.

Finalmente y como punto y final, pienso que para que la situación de la mujer en sus diferentes ámbitos y campos de actuación se equipare a la situación que presenta el hombre en los diferentes ámbitos en los que participa, tenemos que empezar por concienciar a la población de esta cruda realidad. De igual forma, tenemos que hacer valer nuestros derechos, unirnos y protestar por lo que no vemos correcto y justo. Como futuros Trabajadores Sociales y Educadores Sociales, tenemos un gran campo donde intervenir, pues la situación actual de la mujer hace necesaria la intervención de varios profesionales y entre ellos, nosotros.

ana dijo...

El Día 25 expusieron unos/as compañeros sobre Mujer, ámbito laboral, salud y violencia de género.

Empezamos con una dinámica donde con dos tarjetas, verde y roja, definimos como factor de protección y riesgo varios conceptos que nos presentaban.

En épocas anteriores el objetivo de la reproducción era lo más importante junto con el cuidado de los hijos/as y las tareas domésticas. La mujer permanece en su totalidad en la esfera privada.

Este panorama va cambiando y a principios del siglo XX con la incorporación laboral, debido a la industrialización, la mujer va cambiando en sus actividades. La demanda derechos por parte de la mujer se produce gracias a la expansión del movimiento feminista. Se produce la obtención del voto y la incorporación de la mujer al ámbito educativo.

La mujer se incorpora a la esfera pública y comienza a tener una doble jornada, la del trabajo productivo laboral y la reproductiva doméstica.
Debido a su ciclo reproductivo la entrada al ámbito laboral es intermitente y no se consolida muchas veces debido a las restricciones de los contratos por parte de las empresas.

El Estado de Bienestar crea condiciones para favorecer la entrada de la mujer en el ámbito laboral. La doble jornada o presencia tiene consecuencias físicas y psíquicas para ella.
Yo diría que hay mujeres con triple jornada o presencia como yo, la laboral, la doméstica y del cuidado, y la educativa. El precio es alto debido a que las condiciones sociales aún no son equitativas y las familiares tampoco. La mujer sigue condicionada por su “obligación de género hacia el cuidado” y esto les impide crecer y desarrollarse como quisieran.
Me dio pena las divagaciones que hacemos sobre la violencia de género, o hacia las mujeres como la llamo yo, pues nos perdemos en discursos y nos olvidamos de verdad de todas las personas que mueren. En estas discusiones al final no se hace nada ante una dura realidad. Otras realidades existen y yo no lo pongo en duda, solo que cada una necesita un espacio y una atención, y no se deben descuidar ninguna. Hablo desde mi experiencia en lo que digo y muchos /as de mis compañeros/as quizás más adelante lo comprendan y vean que se avanza, pero menos de lo que ellos/as creen. Nuevas formas de desigualdad social nacen sin que nos demos cuenta

Lucrecia! dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Lucrecia! dijo...

El 25 de Abril expusieron compañeros de clase acerca de la Mujer, el ámbito laboral, la salud y la violencia de género; comenzando con una dinámicas a través de la cual nos enseñaron tanto factores de riesgo como factores de protección.

Mi opinión acerca de este tema, aunque creo que es un debate demasiado amplio para un comentario en el blog, es bastante similar al de muchas de las compañeras que opinado anteriormente.

Es cierto que a estas alturas, en el siglo XXI, la sociedad y la mujer han avanzado mucho, no hay más que comparar las historias que cuentas nuestras abuelas, o a veces incluso nuestras madres, con la actualidad, con nuestras vidas. Nuestras vidas de universitarias en las que elegir profesión, pareja o momento en el que formar una pareja, familia... depende totalmente de nosotras. Los jóvenes, las nuevas generaciones, cada vez están más concienciados, más inmersos en estos nuevos roles y creo que poco a poco y cuando vaya pasando el tiempo y nos vayamos alejando de la sociedad tradicional irán desapareciendo muchas desigualdades que a día de hoy encontramos entre hombres y mujeres.
Sin embargo, en muchas zonas geográficas, muchos países, e incluso en el nuestro, que se supone que es un país desarrollado, “moderno”; aun se mantienen valores tradicionales, valores patriarcales por los cuales la mujeres se quedan en el ámbito doméstico, al cuidado de su casa y de su familia. Sin ni si quiera plantearse el salir a buscar trabajo a menos que sea puramente necesario.
Además, en el momento en el que la mujer sale fuera del ámbito privado, se encuentra con una doble jornada, pues las tareas domésticas y de cuidado aún no están bien repartidas entre hombre y mujeres. Teniéndose que encargar las mujeres de las dos esferas mientras los hombres se dedican únicamente a su trabajo o colaboran poco.
Creo que éste es el motivo principal del techo de cristal, pues es muy difícil combinar un alto cargo en cualquier empresa o trabajo, con las tareas domésticas, con el cuidado de los hijos. Por ello creo que las veces en las que una mujer llega a superar ese techo, tiene que renunciar a su vida privada, a tener hijos.

Con todo esto quiero decir que nuestro país ha avanzado mucho, muchísimo en los últimos años, sin embargo esto no quiere decir que no falte muchísimo por avanzar.

Lucrecia García Aja
Alumna de 4º de la Conjunta de Trabajo Social y Educación Social

Lucia dijo...

Ha sido general que en todas las culturas que nos rodean a lo largo de la historia el segundo plano que ejercía la mujer en la sociedad. De un modo u otro nunca la mujer ha sido considerada igual que el hombre y nunca ha podido disfrutar de los mismos derechos que estos.
Pero esto ha venido cambiando en las últimas décadas. La mujer cada vez ha adquirido mayor protagonismo y ha conseguido ser igual que el hombre en el ámbito social.

Hoy por hoy, podríamos asegurar que la igualdad entre hombres y mujeres se ha logrado.

Pero hay gente que no lo ve así, y que se empeña en mirar hacia el pasado para intentar arreglar un problema ya reparado e intentar conseguir de esta manera colgarse alguna medalla al mérito por político más progre del país.
Y estos empeños hacen todo lo contrario de lo que se supone que deberían hacer, que es crear igualdad. En vez de eso, reinvierten la situación para crear una desigualdad completamente innecesaria e improductiva.

La situación actual es clara, los hombres y las mujeres tienen las mismas oportunidades. Toda discriminación que exista hoy en día es algo arrastrado de épocas anteriores ya sea desempleo, menores sueldos o cualquiera de las estadísticas que expertos manipuladores se quieran sacar de la chistera. La única verdad que existe es que en las nuevas generaciones tanto hombres como mujeres estudian, tienen las mismas oportunidades laborales y todos saben freír un huevo y poner la lavadora.

Pero claro, nuestro gobierno tiene que sacar votos de algún lado y a funcionarios, gays, ecologistas y extremistas anti todo lo que no sea rojo no podemos dejar de sumar a histéricas feministas que ven discriminación hasta en los “muñecos de los semáforos”.
¿Y qué se le ocurre hacer? Fomentar la “igualdad” creando desigualdad a través de la discriminación positiva (me asombra la idea de que discriminar pueda ser algo positivo).
Así que tenemos que tragar con cosas como que las películas españolas estén mejor subvencionadas si la directora es una mujer, que en los grupos de trabajo universitarios reciban más dinero si la “directora” del grupo es una mujer, que las pruebas físicas de admisión a ciertos empleos públicos sean más fáciles para mujeres que para hombres ( si pides un requisito es porque lo necesitas para el trabajo ya sea físico o de cualquier otro tipo y si es necesario no entiendo porque hay que rebajar el nivel de exigencia) o que los miembros del ejecutivo tengan que ser el mismo número de hombres que de mujeres así como en algunos órganos jurídicos.

Desde mi punto de vista pienso que con las medidas que se están llevando a cabo lo que me da a entender es que las mujeres necesitan ayudas del Estado para poder hacer los mismos trabajos que los hombres, cosa que no es cierta.

esther morillo dijo...

Actualmente, la situación de la mujer en nuestro país ha cambiado considerablemente, si la comparamos con 20 años atrás. No obstante, esto es debido, desde mi punto de vista, al impulso que se ha dado a las políticas de género que persiguen una mayor igualdad entre hombres y mujeres en las distintas áreas de la vida.

A pesar de ello, podemos observar a diario como la mujer sigue en situación de desigualdad con respecto al hombre en lo que se refiere a su incorporación al mercado laboral o en el cuidado de los hijos. Bien es cierto que hemos avanzado mucho, como ya he comentado, pero sigue existiendo el techo de cristal, por ejemplo, que da lugar a una gran contradicción. Si actualmente son más las mujeres con estudios superiores, ¿cómo son inferiores en puestos más importantes o directivos?. Creo que la respuesta se haya en parte en ellas mismas, en la presión que se ejercen por mantener una estabilidad entre su vida laboral y familiar, por conciliarla de la mejor forma posible. Así, las mujeres que suelen ocupar puestos más altos suelen no tener cargas familiares.

Por otro lado, con respecto a la doble presencia, creo que es algo muy importante para comprender la situación de estrés que sufren muchas mujeres hoy en día. Esto es debido a que no solo tienen responsabilidades fuera de casa, sino también dentro por lo cual deben de compaginarlas. Es de destacar que en ocasiones aunque esta situación sea difícil es reconfortante para las muejeres, según los estudios que leímos para la elaboración de este trabajo, debido a que a pesar del estrés se sienten mejor por tener una mayor participación en la vida social y aportar su granito de arena.

Por último, creo que todavía queda mucho camino por recorrer. Tenemos que conseguir que las políticas de género se vuelvan innecesarias, consiguiendo una igualdad que se establezca de manera natural en la sociedad.

ESTHER MORILLO MALAGÓN. 3º CONJUNTA.

clara maeztu gomar dijo...

Lo cierto es que, si lo vemos desde una perspectiva histórica, hemos avanzado muchísimo respecto a los derechos de la mujer en occidente. El derecho a voto o la igualdad entre hombres y mujeres son aspectos que ni siquiera se concebían siglos atrás. Por tanto, aunque aún hoy día en muchas zonas del planeta los derechos de las mujeres sean vulnerados, el avance que vivimos es indudable.
Sin embargo, a la vista está que aún queda mucho camino por recorrer, hasta que llegue el día en el que la mujer deje de considerarse un colectivo que tratemos en esta carrera, y que no necesite una protección especial. La discriminación, tanto positiva como negativa, evidencia la situación de desigualdad que aún vive la mujer, dentro de la que el mundo laboral es una muestra clara. Sin embargo, tengo esperanza. Esperanza en nuevas generaciones que se contagien del avance histórico que vivimos. Esperanza en que, a través de la educación y el ejemplo cotidiano de muchas mujeres, las nuevas generaciones vean completamente antinatural las distinciones de sexo. Y en ese proceso, la educación, y la educación social tienen mucho que hacer. Y sobretodo, nosotras como mujeres, debemos asumir nuestra responsabilidad, dando ejemplo de la valía que reivindicamos que se nos reconozca. Ojalá en algún momento, no se trate como hombres o mujeres, sino simplemente como personas.

Esperanza dijo...

Los temas de igualdad están a la orden del día, pero pienso que lo hacen más desde una postura de discriminación positiva que desde una verdadera igualdad.

Hemos conseguido mucho, seguimos avanzando, pero no es una cuestión de normativas legales, es una cuestión de cultura.

En la cultura española aún sigue muy arraigado la visión de la mujer en casa, de su papel de cuidadora y educadora de los hijos/as.

Hoy se abre una visión hacia el papel de la mujer en el mercado laboral, pero esta visión no descarta su papel de ama de casa, por lo que la mujer se enfrenta a una doble la laboral.

La lucha actual pienso que se sitúa primero, en un cambio, un cambio en el pensamiento social, cuando la mentes cambies, el techo de cristal dejará de existir, porque los demás y nosotras mismas nos veremos y estaremos en puestos directivos.

La segunda tarea es la corresponsabilidad, que nosotras mismas eduquemos a nuestros hijos/as que somo iguales, que el género solo es una construcción social que daña a la mujer y no olvidemos que al hombre, porque ¿ disfruta un padre igual de la infancia del hijo/a que una madre? ¿por qué tiene que ser así?

Hemos conseguido mucho, pero también nos queda por hacer mucho. Como profesionales la educación en valores de igualdad es una tarea que tenemos que tener presente en cada acción educativa.

¡Un saludo!

Carmen Morillo dijo...

Durante los últimos tiempos, la utilización política del criterio de igualdad, ha causado un ingrato favor al mismo. En relación a esto, encontramos que desde algunos sectores se critica a las medidas aplicadas, debido a la falta de coherencia de algunas de ellas o incluso de su ineficacia.
Así mismo, desde algunos colectivos comienza a criticarse que la anhelada igualdad se está tornando en dictadura feminista, porque no se persigue una paridad real.

Ante esta última idea, he de mostrarme en desacuerdo, puesto que la aplicación de medidas de "discriminación positiva", se restringen a ámbitos en los que verdaderamente la mujer tiene problemas para adaptarse como lo haría un hombre. Sin embargo, también comprendo que igual que la mujer ha sido discriminada en ámbitos como el laboral debido al peso de la tradición, también el hombre lo ha sido en el ámbito doméstico, en relación por ejemplo al derecho sobre la custodia de los hijos. En este aspecto, también deberían empezar a trabajarse medidas de igualdad, para completar el objetivo de estas políticas.

Finalmente, me gustaría hacer hincapié en la necesidad de trabajar la igualdad, más que de la propia intervención, desde la educación, haciendo consciente a hombres y mujeres de las necesidades que tiene cada cual y cómo habrían de superarse.

Martao de Galletas dijo...

La evolución que está teniendo nuestro país, es superficial. Se ha intentado lavar la cara a las políticas sociales para dar la impresión de que existen ya muchos avances, pero no es cierto, no hay tantos.

No me considero derrotista, pero está comprobado. Las mujeres siguen cobrando un 22 % menos, son menos contratadas por el hecho de la posibilidad de tener una baja de maternidad, existen numerosos estereotipos que encasillan ambos géneros y los perjudican, y después de muchos ítems más, incidar que incluso el lenguaje justifica la discriminación que aún sufre la mitad de la población.

Vivimos en una sociedad patriarcal con unas costumbres androcéntricas que se reflejan en lo más simple: las monjas no dan misa, nunca ha habido un Papa mujer, Señorita indica soltera y Joven y Señora implica casada, Señor es un hombre independientemente de su estado civil, Ya no se es virgen cuando hay penetración (por tanto qué pasa con las relaciones lésbicas), etc.

Un sin fin de cuestiones que aparentemente pasan desapercibido para un ojo cuya criba es masculina porque hemos sido educadas y educados así, es una realidad, aunque es evidente que no me gusta.

Incluso en nuestra intervención profesional, dividimos en colectivos donde los intentamos acercar al ideal humano de: Hombre, occidental, blanco, heterosexual... Estereotipo que incluimos en nuestros ideales sin darnos cuenta (por lo menos unas personas menos que otras.

Aún conociendo que existe este problema discriminatorio hacia la mujer, y que por esto se ha descubierto la consecuente discriminación que sufre el hombre... sigue habiendo reticencias sociales a todo lo que respecta al ámbito de la mujer y la ciencia social que se encarga de su estudio.

Términos como Violencia de Género, es aún debatido a pesar de reconocerse por la OMS y cuando sale el tema de Violencia de Género siempre hay alguna persona que indica ¿y los hombres qué, ellos también sufren violencia?.

El desconocimiento es el mayor problema de salud que tiene nuestra sociedad, el machismo es la segunda y una capa casi invisible de misoginia que incluso la tienen escritores importantes como Arturo Pérez Reverte. He aquí la prueba : http://angelesalvarez.com/2007/10/27/javier-marias-perez-reverte-y-hombres-como-los-de-antes/

Después de leer esto, busquen Hombre y Mujer en el diccionario, vean las diferencias y díganme si existe o no un problema de salud ... mental por pura ignorancia.

Marta Ginesta Gamaza.

Estefanía Jiménez dijo...

Actualmente y desafortunadamente sigue existiendo desigualdad entre hombres y mujeres. Está presente en la sociedad que nos rodea; sólo con echar un vistazo a la televisión podemos verlo: anuncios de juguetes que reproducen los roles tradicionales discriminatorios, publicidad en la que la mujer es la que sale en la casa en los anuncios de limpieza, color rosa para las niñas, azul para los niños etc., incluso se da en la música: algunas canciones machistas y que inducen al trato desigualitario.

En el ámbito laboral vemos como el llamado techo de cristal sigue causando desigualdad, donde son sobre todo los hombres los que ocupan los altos cargos, y no las mujeres.

Esto se debe a la tradicional figura que se ha tenido a lo largo de los años de la mujer, que siempre ha desempeñado las tareas de tipo reproductivo, como es el estar al cuidado del hogar y de los hijos; mientras que el hombre ha sido el encargado de las tareas productivas, el que llevaba dinero al hogar a través de su trabajo.
Es cierto que hombres y mujeres no somos iguales, somos diferentes, porque cada uno tenemos unas características biológicas, con diferente aparato reproductor etc, pero no somos desiguales: ambos tenemos los mismos derechos y debemos tener las mismas oportunidades.

Estamos evolucionando de una sociedad tradicional basada en el patriarcado a una sociedad igual en derechos y oportunidades tanto para hombres como mujeres, y no sólo en este ámbito, sino también en el caso de personas con diversidad funcional, personas inmigrantes etc. El proceso está siendo duro y lento, pero ya es un avance.

Anónimo dijo...

En mi opinión, las mujeres hemos conseguido mucho en cuanto igualdad pero aún nos quedan mucho campos que conquistar. Las medidas que ha llevado a cabo el Estado para promover la igualdad han sido efectivas pero no suficientes, esto lo podemos observar en un dilema actual: ¿como enfrenta una mujer el trabajo remunerado, vida personal, y maternidad? dilema al que no tiene que enfrentarse el hombre, pues la sociedad no le ha encargado fomentar y mantener el familiarismo que nos caracteriza ni el cuidado directo de los hijos. Por ello, en mi opinión, se necesita de más medidas publicas en cuanto a educación en igualdad para que ambos sexos puedan poner solucion al dilema y, por otro lado, ayudas materiales ya que ahora la idea de maternidad es mas intensa que nunca: Las mujeres compaginan vida social, laboral y personal, lo que provoca en las mujeres estrés, ansiedad, insatisfacción y culpabilidad al no poder hacer compatibles los conceptos "buena madre" y " madre trabajadora".

Luisa Gutiérrez dijo...

En mi opinión, creo que la sociedad actual ha cambiado bastante en lo que se refiere a disminuir las desigualdades entre hombres y mujeres, algo que se demuestra (en parte) en la incorporación de mujeres en diferentes puestos laborales que históricamente han sido ejercido por hombres (como conductor de trasportes públicos, jardineros, profesor de autoescuela,…) Sin embargo, a pesar de estos pequeños avances, siguen existiendo desigualdades visibles de la mujer con respecto al hombre, especialmente a la hora de acceder a determinados puestos de trabajo calificados como ‘superiores’ a los que el denominado ‘techo de cristal’ no deja avanzar a la profesionalización de la mujer para este tipo de cargos.

Si bien es cierto, que existen avances incluso en la reducción de determinados valores patriarcales, como era el que las hijas de las familias tradicionales tenían que encargarse de las tareas domésticas mientras que los hijos tenían que formarse académicamente. Por tanto, considero que nuestra sociedad ha cambiado favorablemente a favor de la mujer, aunque solo en parte.

Históricamente las mujeres tenían un solo ámbito que ocuparse: la reproducción y las tareas domésticas, mientras que el hombre se encargaba de la producción (económica). Vemos por tanto, que el problema radica en la cultura, en la tradición que viene desde los tiempos más remotos donde la mujer se encargaba de cuidar a la familia y de las tareas domésticas mientras que el hombre se ocupaba de la búsqueda de alimentos.

Pero conforme la sociedad ha ido avanzando, especialmente con la industrialización, las mujeres no estaban dispuestas a permitir que sus valores quedaran infravalorados por los del hombre. Es por ello por lo que diversos movimientos (como el feminismo) querían romper con esta tradición desigualitaria para la mujer ante la unión de gran número de voces que pedían derechos y una justicia mejor.

A día de hoy, nos encontramos como decía, en una sociedad que ha cambiado, que ha avanzado junto con el desarrollo económico, pero no lo suficiente con respecto a la mujer. Todavía existen importantes diferencias salariares, discriminación sexista en algunos anuncios así como en determinados puestos de trabajo que tradicionalmente han sido desempeñados por las mujeres: maestra, enfermera, cuidadora, limpiadora, telefonista,…, en comparación con los hombres, quienes se les compara con los puestos más ‘’fuertes’’: abogados, médicos, jefes de tienda, directores de empresas,…

A pesar de avanzar en este aspecto, muchas veces se hace ‘ciegamente’, ya que aunque se plantee superficialmente que la mujer pueda acceder a cualquier puesto de trabajo, indirectamente las empresas ‘explotan’ con mayor número de horas y muchas mujeres con hijos/as tienen que verse sacrificadas por cuidar de su familia, y abandonar, por tanto, su puesto de trabajo, por ser tradicionalmente lo que se ha hecho siempre. Por tanto, en muchas ocasiones tienen que renunciar a altos puestos de trabajo que requieren un gran número de horas por tener que ocuparse del cuidado de su familia (falta de conciliación familiar y laboral).

En definitiva, queda mucho que avanzar; nuestra sociedad lo intenta pero lo hace demasiado lento y con la existencia de estereotipos que discriminan a la mujer en diversos campos, especialmente el laboral. Tan sólo se crean políticas que finalmente no se llevan a la práctica, y que hacen que la sociedad se convierta en una sociedad ‘’igualitaria’’ pero falsa, ya que indirectamente las desigualdades entre ambos sexos siguen latentes en la mayor parte de los casos. Las políticas por tanto, muchas veces esconden los problemas y piensan que la única solución es la creación de leyes y leyes que finalmente no llegan a ningún lado. Por ello, pienso que más que crear leyes ‘inservibles’, es importante educar y concienciar desde edades tempranas tanto por padres como por la escuela, pero especialmente por parte de los primeros como primer factor de socialización y de adquisición de valores familiares transmitidos en muchos casos de generación en generación.

Guadalupe dijo...

Estamos actualmente en un momento histórico en el que la situación de hombres y mujeres pretende ser igualitaria. Para ellos, se ha creado la ley de igualdad, se aplica la discriminación positiva, etc. Pero yo creo que, para que realmente exista una igualdad efectiva entre hombres y mujeres aún nos queda mucho camino que recorrer.

Esta "diferencia efectiva" que existe actualmente se da, sobre todo, en el ámbito laboral, donde las mujeres cuentan con menos ventajas, más inconvenientes a la hora de contratarlas, un salario inferior... Además, nos encontramos con el llamado "techo de cristal", que sería el límite invisible con el que se encuentran las mujeres a la hora de alcanzar puestos de poder en el trabajo. Esta discriminación está muy patente a la hora de ver quién desempeña estos puestos de mayor poder, y casi siempre son hombres.

En definitiva, estamos avanzando mucho en políticas de igualdad, pero no debemos dejar nunca de luchar por ellas, no vale decir un "lo hemos conseguido" y abandonar la tarea pues, de este modo, fracasaríamos en nuestro intento de igualdad.

Guadalupe Chaves Córdoba dijo...

Estamos actualmente en un momento histórico en el que la situación de hombres y mujeres pretende ser igualitaria. Para ellos, se ha creado la ley de igualdad, se aplica la discriminación positiva, etc. Pero yo creo que, para que realmente exista una igualdad efectiva entre hombres y mujeres aún nos queda mucho camino que recorrer.

Esta "diferencia efectiva" que existe actualmente se da, sobre todo, en el ámbito laboral, donde las mujeres cuentan con menos ventajas, más inconvenientes a la hora de contratarlas, un salario inferior... Además, nos encontramos con el llamado "techo de cristal", que sería el límite invisible con el que se encuentran las mujeres a la hora de alcanzar puestos de poder en el trabajo. Esta discriminación está muy patente a la hora de ver quién desempeña estos puestos de mayor poder, y casi siempre son hombres.

En definitiva, estamos avanzando mucho en políticas de igualdad, pero no debemos dejar nunca de luchar por ellas, no vale decir un "lo hemos conseguido" y abandonar la tarea pues, de este modo, fracasaríamos en nuestro intento de igualdad.

Ana Isabel Fuerte Ferrera dijo...

No podemos negar que se ha producido un gran avance hacia la igualdad entre mujeres y hombres, pero creo que solo se ha quedado en eso, AVANCE.

"el techo de cristal", uno de los grandes problemas de desigualdad entre hombres y mujeres hace referencia a las distinciones que se realizan en el ámbito laboral, pues las mujeres escasamente ocupan altos cargos. Todo ello, repercute en la salud, pues realizan trabajos más duros y peor remunerados que los hombres. Obviamente, esto no se puede generalizar, pero no se puede negar que el puesto que se desempeña a lo largo de la vida laboral influye en la salud de las mujeres en su aspecto más amplio; físico, mental y psicológico.

No pienso que haya que ponerse en plan radical en contra de los hombres, sino favorecer que se creen leyes más igualitarias,y que la educación que se da, lleve a los menores a tener desde pequeños una visión más amplia e igualitaria.

Ana Isabel Fuerte Ferrera
3º Diplomatrua conjunta educación y trabajo social

MªCarmen Salas dijo...

Con la intención de responder a las preguntas formuladas en este post, voy a empezar reconociendo que hemos avanzado. Es evidente que la mentalidad, las políticas, las leyes han ido transformándose de forma positiva. Pero, no hemos avanzado tanto cuando debates de esta índole aún tiene cabida... El día que no sea preciso hablar de estos temas será porque realmente hayamos superado ese "techo de cristal".

Desde mi opnión las políticas sociales constituyen una herramienta importante,pero a veces, de forma indirecta, pueden llegar a acentuar la desigualdad. Por ejemplo, yo sería partidaria de galardonar con premios a personas emprendedoras y no únicamente a mujeres. Este hecho nos hace diferentes, y que nos otorguemos un lugar inferior.

A parte de considerar que las políticas son importantes, el empoderamiento de las propias mujeres constituyen la principal fuerza para romper ese techo. Hay que partir de laconcienciación de nosotras mismas para seguir avanzando en igualdad de oportunidades.

Aún así, y aunque creo que aun queda mucho por hacer, hemos logrado importantes resultados.

Lorena Galvín dijo...

Comenzaré exponiendo que he asistido a casi todas las exposiciones, y me he acordado ahora mismo de la existencia de este blog, no sé si será demasiado tarde, pero bueno daré mi opinión al respecto.

Pienso que el papel de la mujer en la sociedad a lo largo de la historia ha ido avanzando pasito a pasito, y con mucho sacrificio. Gracias a todas esas mujeres, hoy podemos ser algo y tener un “hueco” en esta sociedad. Aunque pienso que sí que hemos avanzado, pero que también nos hemos quedado estancadas, y no nos dejan seguir avanzando, y poder tener ese sitio igualitario que nos merecemos.

Cuánta razón le doy al “techo de cristal”, se puede comprobar en qué pocas mujeres son jefas, directoras, presidentas, la diferencia salarial que existe…. Y millones de cosas más que se podría decir, porque como he mencionado anteriormente nos queda muchísimo para seguir avanzado.
Pero sí nos referimos a otros países menos desarrollados u otras religiones, el cambio que existe con nuestra sociedad es inmensa, nosotros sí que podemos decir que hemos avanzado, porque comparándolo con ellos podemos comprobar que son mundos distintos.

Hace poco había un programa llamado “Perdidos en la ciudad”, donde personas de distintas tribus venían a España, y se alojaban con la familia que ya conocía de cuando ellos fueron a su tierra. Ahí se podía comprobar cómo las mujeres de esas tribus no habían avanzado en nada, se quedaron extrañadas cuando vieron que aquí las mujeres trabajaban, y tenían más libertad de expresión, y cómo los hombres cocinaban. Por otro lado, los hombres de las tribus eso no lo veía bien, porque decían que quién tenía que mandar era el hombre, y se mosqueaban tan solo porque las mujeres andarán delante de ellos….
De esta manera se puede comprobar, que no en todos los lugares del mundo ha avanzado la mujer, y que en muchos lugares le siguen tratando con inferioridad, y sin ningún respeto…

Es un tema bueno para debatir, ya que se pueden sacar muchos aspectos sobre ello. También es un tema que me pone de mala leche, porque si nos damos cuenta bien, lo vivimos cada día, en casa, universidad, calle, trabajo…, siempre hay alguien que nos recuerda que las mujeres somos inferiores.

En conclusión, deberíamos unirnos todas (pero no sentirnos nunca superiores a los hombres, solo iguales), hacerles ver a este mundo que podemos ser iguales que ellos, y así todo iría a mejor. Y lo más importante, nunca sentirnos inferiores, e inculcar a la nueva sociedad de que todos somos iguales, y no uno más que otro.